Por: Julio Torres
Una definición puede ser que el hábito es
una ley inconsciente de la mente subconsciente, de cierta manera todo el
edificio, como se ha establecido, nos referimos al cuerpo humano, se cansa por
agotamiento y el ingeniero jefe encara los peligros con sabiduría, pero es fiel
a su trabajo y con un esfuerzo extremo mantiene el cuerpo en excelentes
condiciones.
El señor tacto puede sentir una fatiga
más acalorada con los latidos de la maquinaria trabajando de manera rápida,
pero el jefe de registros toma nota del hecho y hace una entrada en sus libros
anotando que ciertos rasgos indeseables provocaron la fatiga.
Todo lo anterior es ignorado por el señor
gusto y el señor tacto, quienes finalmente provocaros los disturbios descritos,
porque ellos muy rara vez o nunca revisan los registros de la memoria cuando
desean “pasar un buen rato”.
Muchas veces todo el sistema se debilita,
no por el ingeniero jefe, sino por la interferencia voluntaria por parte de los
ejecutivos objetivos que no razonan, así percibimos que el ingeniero jefe
siempre está listo a defender el cuerpo que es su tarea obligatoria, es el
guardián junto con el jefe de registros que protegen a la maquinaria humana.
La guardia funciona perfectamente, sin
embargo, cuando el señor vista y el señor tacto deciden que desean cierta droga
para el cuerpo, se la ponen en la boca y en seguía dice el señor tacto que al
señor gusto no le gusta el sabor, se consulta al jefe de registros, quien a su
vez consulta los libros de la memoria y encuentra que ya una vez se tomó la
misma droga y hubo grandes problemas.
Esta información se la entrega al
ingeniero jefe quien en seguida pone en funcionamiento la maquinaría de
peligro, y el ingeniero jefe hace lo posible buscando anular cualquier problema
causado por la droga, pero si se utiliza una y otra vez, contra los avisos del
jefe de registros o del ingeniero jefe, gradualmente la maquinaria se debilita
tratando de enfrentar batallas innecesarias y de corregir problemas
innecesarios.
El tema que nos ocupa hoy es el de los
hábitos que se forman de la misma manera, el ingeniero jefe obedece órdenes,
ese es su trabajo, cuando la mente objetiva repetidamente le dice que haga
algo, él toma nota y lo procesa, así nada más.
Supongamos que el ingeniero jefe y el
jefe de registros encuentran, después de muchas semanas de observación, que
después de cada comida y después de procesar cada carga de combustible que
llegó al sistema, el ingeniero jefe tuvo que comenzar a mover los músculos
necesarios para fumar un cigarro.
Supongamos que el ingeniero jefe oyó
decir al señor tacto, tres veces al día: “Quiero fumar ahora, tenga todo listo
para que yo fume, haga mover mi cuerpo de manera que pueda tomar el cigarro,
encenderlo y fumarlo”.
Después de varias semanas de esta orden,
el ingeniero jefe escribe en el libro del jefe de registros: “Tan pronto como
todo el combustible está en el horno, o sea el estómago, y ha terminado su
trabajo, poner los arreglos necesarios en acción para fumar cigarros”.
Lo anterior sería una ley para el
ingeniero jefe, él nunca discute tales leyes porque seguramente el señor tacto
y el señor gusto tienen la habilidad de razonar y deberían saber lo que están
haciendo, así guarda esta ley en el tablero de noticias y después de cada
comida comienza la maquinaria de fumar
cigarros porque ya está hecho el programa y se efectúa de manera casi
automática.
El señor tacto y el señor gusto notan que
después de cada comida hay una sensación extraña que los obliga a fumar. Hasta
aquí dejamos este tema que me parece maravilloso el poder comprender que es lo
que pasa con los hábitos que no guardan mucha distancia con los vicios.
En el próximo reporte ampliaremos este
concepto de los hábitos, la invitación cordial y hasta entonces.
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