miércoles, 18 de abril de 2012

Facultades objetivas

filosofía,arte,ciencia,cultura

Por: Julio Torres
El ruido y el sonido solo existen cuando son percibidos, para existir, el sonido requiere que se le perciba, esta es la razón por la cual se dice que tanto el sonido, como la luz, el color, el olor, el sabor y el sentido del tacto, solo son reales para el hombre cuando se manifiestan perfecta y completamente en su mente y no en el material del que emanan.
Si durante toda mi vida, me enseñaron que un gran disco de luz plata, que aparece en el cielo por la noche, reflejando vibraciones luminosas de si mismo, para mi sigue siendo un disco que refleja la luz del sol, entonces, cuando ustedes y yo contemplamos la luna y aunque estamos viendo el mismo objeto, yo lo definiría como un disco, mientras ustedes lo definen como una esfera.
Puede ocurrir también que mientras ustedes pensaran que su luz es el reflejo de la luz del sol, yo pensaría que es luminosa por sí misma, aunque estamos viendo el mismo objeto, nuestra percepción es distinta, la pregunta que surge aquí es: Mi percepción extraña o peculiar acerca de la luna, ¿la haría diferente en realidad?
Aquí es donde reside todo el principio, para mí, para mi mente, para mi conciencia, solamente es real lo que yo reconozco o valoro como una realidad, si yo considero siempre que la luna es un disco, entonces, para mí su verdadera condición es en forma de un disco, independientemente de como la considere cualquier otra persona.
De acuerdo a lo anterior, para mí sería insustancial que fuera algo diferente, que pudiera ser o una esfera o una ilusión, que la que me han enseñado, por lo tanto, para mí, la realidad de la luna van de acuerdo con mis propios conceptos.
Tomemos como ejemplo el tema del daltonismo, esto es, la facultad de distinguir los colores, considero oportuno hablar de John Dalton, quien descubrió una forma sencilla de la manera como opera la ley de las proporciones en la química porque no podía distinguir los colores.
Dalton, estuvo totalmente inconsciente de esta condición hasta que ya era un científico notable en muchos campos, por accidente descubrió su dificultad para apreciar los colores, para Dalton, el color rojo era simplemente uno de los matices del gris.
Siempre que miraba un artículo rojo, y escuchaba llamarle rojo, creía que se estaban refiriendo a cierto matiz de gris, como él percibía gris al rojo, esa era una realidad para él. El nombre rojo, fue seleccionado para transmitir a la mente del ser humano una impresión de cierta realidad, si el mismo color hubiera sido llamado gris en lugar de rojo, todos seguiríamos percibiendo el mismo color.
En psicología surge una pregunta que se plantea a menudo: Si un árbol cae en el bosque, ¿Existiría el sonido que produce su caída si no estuviera nadie presente para oírlo? La respuesta a esa pregunta, no importa desde que punto de razonamiento se le conteste, es no.
La manera de que pueda existir el sonido, antes que nada debe existir el tímpano del cuerpo humano o de cualquier ser vivo, solo así se pueden traducir esas vibraciones en sonido o en ruido, transmitiéndolas del cerebro a la mente.
Desde luego que eso no significa que cuando nadie este presente, la caída del árbol no produce el aire las mismas vibraciones como lo hace cuando alguien está allí, pero esas vibraciones solo pueden interpretarse como sonido hasta que golpean el tímpano y hacen que se perciba.
La caída del árbol produce otro tipo de vibraciones que pueden ser detectadas por ciertos instrumentos, pero no son vibraciones de sonido, puede colocarse en el suelo un instrumento delicado que registre las vibraciones producidas en la tierra por el impacto de la caída, pero no son vibraciones de sonido.
Puede inclusive, hacerse una grabación de las vibraciones producidas por la caída del árbol cuando nadie este presente, pero mientras no se reproduzca la cinta grabada en presencia del oído de un ser humano o de un animal, esas vibraciones no producirán sonido o ruido.
Las facultades objetivas: Sonido, tacto, vista, gusto y olor, solo se pueden describir o calificar como tales si son percibidas por los sensores con que han sido dotados los seres humanos y el resto de las especies vivas. Recordemos que toda percepción llega al cerebro y la consciencia habilita a la mente o esta a la consciencia y junto con el alma, un sonido cualquiera adquiere la personalidad que cada oyente le otorga al participar en el evento vibrante.

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