Por: Julio Torres.
La apatía se describe como la falta de
emoción, motivación o entusiasmo, es un término psicológico que produce un
estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a los aspectos de la
vida emocional, social y física.
Lo anterior parece ser uno de los males
más arraigados en el pueblo mexicano y al parecer ya es muy antiguo, quizás
pudo haber iniciado desde los tiempos de la conquista de la gran Tenochtitlan,
cuando el domino español fundó lo que se conoció como La Nueva España.
Es posible que esa “conquista”
manifestara rasgos similares a los del pueblo de Israel cuando fue esclavizado
por el poder egipcio, lo cual puede conducirnos a encontrar puntos de
convergencia que parecieran ser la base de esa apatía que nos ocupa.
Muchas veces me he encontrado con gente
que pareciera no ser capaz de buscar un avance en su vida, que se conforma con
lo que tiene, pensando tal vez, que no tiene caso buscar una evolución ya que
las cosas están bien y son suficientes, sobre lo que conocen como vida.
Haciendo un balance de lo sucedido en el
mundo entero en todos los tiempos, parece que el problema de apatía es parte de
algunos seres humanos o tal vez de muchos, finalmente alguien va a ayudar, ya
sea por fraternidad o por el simple deseo de buscar la buena vida eterna como
lo dicta la religión que sea de su agrado.
Pero considero que la apatía puede ser
una especie de enfermedad, la experiencia nos dice que muchos seres humanos
viven toda su vida esperando que alguien o algo les proporcione lo suficiente,
que les permita una supervivencia adecuada a sus aspiraciones, lo malo es que
esa actitud es digna de un esclavo que acepta su esclavitud como un mandato
divino.
Pienso que la mejor manera de erradicar
ese estado de apatía o ese estado de esclavitud es la educación, ese recurso
social que anima a las personas a buscar nuevos caminos, a erradicar el
conformismo, a despertar cada día con nuevos bríos, nuevas fuerzas, capaces de
encontrar los caminos que impidan caer en vicios y pasiones.
Evitar también convertirse en presa de
fanatismos radicales que lo único que buscan es someter a los seres humanos al
capricho de dirigentes ambiciosos y posiblemente hipócritas que conociendo la
ignorancia de la gente, diseñan mecanismos de dominio aunque antepongan una
bandera de buena fe.
Los seres humanos que son presa de la
apatía y que su comportamiento es digno del último de los esclavos, solo tienen
que imaginar la libertad en todas sus manifestaciones, esto es, libertad de
pensar, libertad de imaginar, libertad de decidir, libertad de soñar, libertad
de amar, libertad de todo lo imaginable dentro los cánones de las buenas
costumbres y dentro de las leyes de cada país.
La apatía creo que si es una enfermedad y
como tal debe tratarse como cualquier otra patología, la recomendación es
ingerir algunas capsulas de alegría, de voluntad, de propósitos, de esperanza y
vencer al estado de esclavitud, todos podemos ser libres, todos podemos ser
triunfadores, todos podemos vivir placenteramente, todos estamos hechos del
mismo material, lo que nos hace distintos es nuestra mente, educación y fuerza
de voluntad, entonces, adelante, dejemos de ser esclavos, vamos por nuestro
triunfo, nada lo impide, la apatía sí se puede vencer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario