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lunes, 9 de abril de 2012

Dulce imaginación

filosofía,arte,ciencia,cultura

Por: Julio Torres
La imaginación es uno de los atributos que la vida nos entrega desde el momento en que llegamos a este mundo y tal vez sea lo que nos hace distintos al resto de las especies vivas que habitamos este planeta.
Se dice que el mundo desconocido de la ciencia física moderna es la conciencia y cuando hablamos de conciencia queremos decir ese aspecto de la mente conocido como la consciencia objetiva.
Es importante entonces, tratar de encontrar una manera de definir lo que es la consciencia o más bien lo que pensamos que es la consciencia, es posible que si comenzamos por lo más sencillo, tal vez una definición sencilla sea la clave: “La consciencia es un atributo del alma”.
Es el aspecto de la vida que incluye sensación, realización y clasificación, interpretándose como razonamiento de la que los poderes motivadores o principios activos son: Imaginación, aspiración e inspiración.
La aspiración e inspiración dependen de la imaginación, porque aspiramos y somos inspirados de acuerdo al grado de nuestra imaginación que alcanza las grandes alturas al punto de acción en línea con las impresiones recibidas.
Todo el proceso del pensamiento es un campo más o menos inexplicado en si mismo, pero junto con los cinco sentidos se establece una consciencia con relación al mundo exterior solamente.
Otra definición sería: “Según piensa el hombre en su corazón, así es” o simplemente: “Piensa en su corazón”. Significa que la consciencia del hombre con todos sus grados y matices variantes de la imaginación, aspiración e inspiración, que no está completamente limitado a las afectaciones del mundo externo y material.
Si conociéramos nuestra propia consciencia, indudablemente conoceríamos los principios de la vida, y si conociéramos la conciencia de nuestra compañera o compañero en su caso, lo cual implica en si mismo la perfecta comprensión, no cabe la menor duda que estaríamos ante el verdadero amor, es decir, inseparables.
Tal vez así es con la divina consciencia cósmica, no podemos saberlo solo intelectualmente, en perfecta armonía con la consciencia es que comprendemos, simpatizamos y no solo experimentamos sino que somos uno con él y no individualmente separados en el principio de amor.
El gran principio establece: Conócete a ti mismo, conoce a tu prójimo y la ilimitada consciencia cósmica se revelará de acuerdo a tu comprensión, simpatía y amor.
La consciencia es el centro de la vida del hombre, está situada entre dos mundos y por ende, abierta a ambos mundos, es, como si fuera el punto o momento entre lo mundano y lo cósmico, teniendo memoria del momento anterior y profético del momento futuro.
Dicho de otra manera, el hilo de la memoria permite a la consciencia transportarse al pasado y el hilo de la imaginación permite a la consciencia sentir, anticipar o proyectarse como si fuera al futuro.
El ahora de la existencia es una expresión, eso es lo dulce de la imaginación, la consciencia es como el punto del reloj de arena entre las arenas del pasado y las del futuro, pero de esto hablaremos ampliamente en un futuro próximo.

viernes, 7 de octubre de 2011

Conciencia, alma o ambas

Conciencia alma o ambas son necesarias en la manera de regir la vida de las personas, tal vez esa sea la combinación necesaria o perfecta para dar certeza a las decisiones que tomamos en determinados momentos.

Siempre le damos el crédito a lo que conocemos como sexto sentido, cuando debemos tomar una decisión importante, percibimos que aparece un fiel de balanza que va a determinar el camino a seguir.

En un extremo parecen estar colocados los principios y valores contenidos en ese paquete que definimos como alma, que se nos entrega desde que llegamos a este mundo.

En el lado contrario se encuentra lo que entendemos como conciencia, que en este momento me cuesta trabajo encontrar una definición adecuada o convincente, lo que sí puedo afirmar es que este bagaje también es un paquete entregado al llegar.

Es posible que la mejor manera de definir ambos paquetes, es que al estar colocados en los extremos de la balanza, lo que debemos descubrir es donde se encuentra el fiel: ¿como es, o como se consigue para tomar buenas decisiones?

¿Será acaso que la parte genética, es la responsable de fabricar ese fiel de la balanza que va a regir nuestro comportamiento, en el deambular por este mundo?

Quiero partir de esa idea para tratar de comprender algunas reacciones que presentamos en situaciones concretas, por ejemplo: ¿Qué determina tomar una decisión para bien o para mal?

Suponiendo que tanto el alma como la conciencia ya están presentes desde el momento de nacer, el tercer factor, o sea el genético es quien decidirá que hacer en un momento de decisión, hacia donde inclinará la balanza, solo existe lo bueno y lo malo.

Hacerlo bien o hacerlo mal es el dilema, supongamos que el dilema es decidir que hacer ante una enfermedad terminal de un pariente cercano.

¿Habrá derecho a decidir dar por terminada la vida por el método que sea, para evitar el sufrimiento inútil o debemos seguir hasta el final aunque el tiempo de vida se alargue con las consecuencias conocidas?

Sabemos que todo cuanto existe en el universo contiene tres aspectos, tres lados, o tres conceptos, es decir, todo en el universo es triangular y en el asunto que expongo, una vez más esa triangulación se hace presente, es posible que esa sea la dificultad para tomar una decisión.

Este es el punto donde las religiones han encontrado la manera de “sugerir” la toma de decisión y con ella dirigir el comportamiento de las personas.

La masonería tiene muchas herramientas para analizar asuntos como el descrito y nunca deja en el tintero elementos de juicio necesarios para tomar esa decisión tan importante.

Ese es el principio de la masonería, de eso se trata el concepto “hombre libre y de buenas costumbres” porque nada existe que obligue a tomar decisiones dirigidas, toda decisión siempre será tomada con la libertad absoluta que el alma y la conciencia determinen.

Para comprender mejor este asunto, acudir a lo que la masonería sugiere, libertad de pensamiento. Más adelante, en una próxima entrega hablaremos del concepto justicia y del concepto lealtad que completarán esta idea.