sábado, 30 de abril de 2011

Masonería y ver, oír y callar

Por: Julio Torres

Ver, oír y callar, en masonería no es solo un juego de palabras, tampoco es un acertijo, simplemente es una forma de enseñar al iniciado la manera de reconocer algunos mensajes.

Como he afirmado en algunos reportajes anteriores, la masonería nos pide desde el principio que practiquemos en verdad los principios del ver, oír y callar.

Esto se remonta hasta los años de Pitágoras, cuando formó su famosa escuela pitagórica, en la que exigía a todo iniciado permanecer callado o en silencio los primeros 5 años de estudio.

Solo se le permitía escuchar, el preguntar estaba prohibido para él, inclusive permanecía fuera del templo, pues la entrada solo podía realizarla hasta haber cumplido con los requisitos a juicio de Pitágoras.

Así que el ver, oír y callar, era la consigna que todo aspirante a los estudios pitagóricos, debía respetar a pié juntillas, de lo contrario, perdía toda esperanza de ser aceptado en la escuela.

Hasta la obtención del nivel requerido, además de permitir la entrada al recinto, ahora sí se le permitía  hablar y preguntar e inclusive opinar o exponer alguna idea en el grupo.

Como dije arriba, para entrar en el recinto debían transcurrir 5 años y hasta entonces se consideraba que era un hombre libre y de buenas costumbres, capaz de discernir sobre cualquier tema.

Una idea que todo masón debe aprender y repetir como si fuera un juramento es el hecho de que en la logia donde ha sido recibido, debe manifestar lo siguiente cuando visita otra logia.

Una vez que ha sido cuestionado para legitimar la permanencia en otra logia que no es la suya, habrá de explicar que en su logia, calificada como su madre logia, por haber nacido a la masonería bajo su protección, a que se refiere el ver, oír y callar.

Ver toda la simbología que está presente en un templo masónico, oír los temas trabajados por los demás y tratar de entender a la brevedad posible el, o los mensajes descritos.

El asunto de ver y oír le obliga a levantar edificios a la virtud, y cavar pozos sin fondo a los vicios y mientras más profundo se cava, mejor resguardados quedan dichos vicios, evitando así el daño que  causan en el ser humano.

Pero el más importante de los conceptos anotados, para mí es el callar, porque ese callar nos obliga a tratar de entender cada mensaje en su exacta intención.

De manera que en cada logia se enseña a levantar esos templos a la verdad y a cavar pozos sin fondo a los vicios, pero principalmente a guardar silencio.

Es tan importante la idea de guardar silencio, porque está demostrado que quien sabe guardar silencio, es quien mejor asimila los mensajes tratados dentro de logia.

Entonces pues, se recomienda nunca perder de vista los tres conceptos: ver, oír y callar, y al cabo del tiempo se demuestra que el callar es lo que más enseña,

Es posible que el error sea la mejor herramienta para aprender algo, está demostrado que quien más sabe es quien ha cometido más errores, pero  aprende solo si antes ha dominado los principios de ver oír y callar.

Parece que nuevamente está presente una trilogía, como todas las que la masonería nos obsequia  permanentemente, por medio de los actos de presencia en los trabajos masónicos.

Ver, oír y callar, parecieran sinónimos de la fe, la esperanza y la caridad, pero eso lo trataremos en un futuro próximo.

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