domingo, 30 de octubre de 2011

Mentes brillantes

La esperanza de obtener una mente brillante parece ser lo que espera cada candidato, o mejor dicho cada persona que ingresa a la mejor universidad y tal vez a la más costosa pero, lamentablemente eso esta muy lejos de ser una realidad.

Posiblemente, lo que sucede es que se nace con una mente brillante, lo cual tiene sentido pues la genética no puede ser alterada con estímulos externos, o por lo menos no he encontrado tratado alguno que afirme o niegue lo dicho.

En determinados ámbitos se acostumbra hacer alarde de los conocimientos adquiridos, lo cual no es del todo exacto, existen son personas que simplemente en días anteriores obtuvieron algún conocimiento al parecer extraordinario.

Ese conocimiento lo mantienen sostenido repetido el tiempo que sea necesario, como recurso sencillo de grabar en su mente todo lo que dicho conocimiento refiera.

En la masonería no es diferente, muchos de los miembros gustan de hacer alarde con lo aprendido en logia durante la última reunión, repitiéndolo cuantas veces les sea permitido.

Pero, tampoco eso es conveniente, tratar de hacer que nos vean solo por que hemos aprendido algo que no sabíamos, que suponemos que nadie más lo conoce, suele convertirse en una falacia.

Quienes saben muy poco, son los que afirman que uno o varios problemas nunca serán resueltos por la ciencia, cuando que es la ciencia la que nos ha proporcionado las mejores soluciones ante problemas de todo tipo.

Hay quienes manifiestan o tratan de manifestar una sabiduría por encima de la generalidad y eso también es negativo, creo que la mejor manera es manifestarse como lo dijo quien mucho sabía del ser humano, “solo se que no se nada”.

Una anécdota de Einstein, cuando declara haber llegado a la madurez intelectual, explicó que dicha madurez la consiguió cuando olvidó lo aprendido en la enseñanza primaria.

No podemos negar que quien eso dijo era una mente brillante y que trascendió hasta nuestros días y me temo que su mente brillante será reconocida en los próximos siglos.

Cuando escucho a masones hacer alarde de su “mente brillante” solo me concreto a reflexionar en el objetivo fundamental de la masonería que solo busca hacer que los masones comprendan su libertad en el pensamiento y en el actuar.

Pero esa libertad debe ser trascendente, es decir, debe entender esa libertad como el don más preciado que le servirá como motor de búsqueda de sí mismo, de nada sirve el saberse sabio, si no se comprende a sí mismo.

Entonces, el objetivo principal va a ser esa comprensión de sí mismo para tratar de ser mejor, pero sin punto externo de referencia, solo el ser mejor, y de esa forma entender a sus semejantes.

Una vez comprendido esto, cuando ya entendemos a nuestro semejante, ahora sí vamos a poder entender el concepto divino, que es la mente brillante que tanto buscamos.

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