Por: Julio Torres
La imaginación es uno de los atributos
que la vida nos entrega desde el momento en que llegamos a este mundo y tal vez
sea lo que nos hace distintos al resto de las especies vivas que habitamos este
planeta.
Se dice que el mundo desconocido de la
ciencia física moderna es la conciencia y cuando hablamos de conciencia
queremos decir ese aspecto de la mente conocido como la consciencia objetiva.
Es importante entonces, tratar de
encontrar una manera de definir lo que es la consciencia o más bien lo que
pensamos que es la consciencia, es posible que si comenzamos por lo más
sencillo, tal vez una definición sencilla sea la clave: “La consciencia es un
atributo del alma”.
Es el aspecto de la vida que incluye
sensación, realización y clasificación, interpretándose como razonamiento de la
que los poderes motivadores o principios activos son: Imaginación, aspiración e
inspiración.
La aspiración e inspiración dependen de
la imaginación, porque aspiramos y somos inspirados de acuerdo al grado de
nuestra imaginación que alcanza las grandes alturas al punto de acción en línea
con las impresiones recibidas.
Todo el proceso del pensamiento es un
campo más o menos inexplicado en si mismo, pero junto con los cinco sentidos se
establece una consciencia con relación al mundo exterior solamente.
Otra definición sería: “Según piensa el
hombre en su corazón, así es” o simplemente: “Piensa en su corazón”. Significa
que la consciencia del hombre con todos sus grados y matices variantes de la
imaginación, aspiración e inspiración, que no está completamente limitado a las
afectaciones del mundo externo y material.
Si conociéramos nuestra propia
consciencia, indudablemente conoceríamos los principios de la vida, y si
conociéramos la conciencia de nuestra compañera o compañero en su caso, lo cual
implica en si mismo la perfecta comprensión, no cabe la menor duda que
estaríamos ante el verdadero amor, es decir, inseparables.
Tal vez así es con la divina consciencia
cósmica, no podemos saberlo solo intelectualmente, en perfecta armonía con la
consciencia es que comprendemos, simpatizamos y no solo experimentamos sino que
somos uno con él y no individualmente separados en el principio de amor.
El gran principio establece: Conócete a
ti mismo, conoce a tu prójimo y la ilimitada consciencia cósmica se revelará de
acuerdo a tu comprensión, simpatía y amor.
La consciencia es el centro de la vida
del hombre, está situada entre dos mundos y por ende, abierta a ambos mundos,
es, como si fuera el punto o momento entre lo mundano y lo cósmico, teniendo
memoria del momento anterior y profético del momento futuro.
Dicho de otra manera, el hilo de la
memoria permite a la consciencia transportarse al pasado y el hilo de la
imaginación permite a la consciencia sentir, anticipar o proyectarse como si
fuera al futuro.
El ahora de la existencia es una
expresión, eso es lo dulce de la imaginación, la consciencia es como el punto
del reloj de arena entre las arenas del pasado y las del futuro, pero de esto
hablaremos ampliamente en un futuro próximo.