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jueves, 18 de abril de 2013

tres años o casi

filosofía,arte,ciencia,cultura
Por: Julio Torres.
Tres años o casi, he titulado este asunto ya que se trata de una edad maravillosa en el ser humano, donde todo conflicto es resuelto por medio de preguntas y pareciera que ninguna respuesta le interesa puesto que su problema no es el saber más, simplemente es el paquete de dudas que la vida misma le ha entregado desde el momento en que ha llegado a este mundo donde todo está a la vista y que sea descubierto, y que mejor que un niño que está a punto de cumplir tres años que es la edad de las preguntas.
A esta edad se pregunta: ¿Por qué sale el sol, porqué la luna? ¿Por qué llueve? ¿Por que es de noche? Y así, todo el tiempo haciendo preguntas que tal vez nos resulta un tanto difícil de encontrar la respuesta adecuada y sin embargo, es fundamental contestar de la mejor manera posible aunque ese niño finalmente acepta una u otra respuesta, inclusive si no recibe ninguna, pero no dude que volverá muy pronto a preguntar lo mismo, así que habremos de tener respuestas listas y convincentes.
En otro lugar habrá un niño que se pregunte el porque él no tiene una casa bonita en un barrio bonito donde no existan carencias, donde los parques y jardines luzcan las flores más bonitas o que existan áreas verdes donde se pueda jugar fútbol como sucede en los mejores estadios, o tal vez esté pensando en lo que comerá si es que en su casa existe algo con que alimentar ese estomago, que en momentos parece reclamar la suerte que le ha tocado vivir.
Diferencias abismales se presentan en el mundo cuando vemos a niños que con dificultad beben un vaso con leche por orden superior o que tal vez en ese momento no es leche lo que desean sino un esplendido helado o un trozo de pastel combinado por muchos tipos de leche.
También existe el niño que es “forzado” a ingerir todo tipo de vegetales por que se supone que eso es lo que necesita en su etapa de crecimiento, pero él no esta de acuerdo, pero que sucede con otro niño que ni siquiera ese plato de vegetales conoce y mucho menos ha estado presionado con el fin de obligarlo a ingerir esos alimentos.
En este conjunto de miradas he podido reflexionar lo que una realidad me presenta, distintas entre si algunas de ellas pero las de sufrimiento tal vez sean de mayor impacto, hermoso sería que no existieran miradas tristes, que todos los niños del mundo siempre pudieran disfrutar de alimentos mínimos necesarios que les permita un sano crecimiento, pero por desgracia no es así y entonces tampoco comprendo porque ha sido así siempre.
A los tres años el niño debe soñar, imaginar y crear un mundo feliz un mundo tal vez imposible, pero soñar, pues los sueños son el punto de partida de todas las ideas, soñar es gratis y de esos sueños puede surgir una realidad alcanzable, una realidad práctica, una realidad que nos permita adecuar este mundo de la mejor manera, cierto es que los sueños, sueños son, pero no debemos olvidar que un niño de tres años es un maestro en el arte de imaginar y solo con imaginación es que podemos transformar el mundo.
Juntos varios niños tomando agua de un simple grifo, imaginarán que están bajo una cascada hermosa en algún lugar que bien puede ser un paraíso terrenal, juntos pueden practicar la música imaginando que a futuro formarán un exitoso grupo musical, juntos pueden penetrar en el mundo de los libros.
Con esta imagen se robustece aquel principio: “Uno para todos y todos para uno” con la sencillez que nos regalan nuestros niños de tres años, creo que es momento de imitarlos de la mejor manera, sigamos siendo niños y preguntemos a todo mundo lo que debemos hacer en función de los problemas que nos subyugan, volvamos a esa edad de las preguntas, en algún lugar encontraremos respuestas, pero, practiquemos el arte de imaginar en todo momento como si contáramos solo con tres años de vida, o casi.

domingo, 31 de julio de 2011

El número 3 y la masonería


Por: Julio Torres.

Una especie de magia posee el número tres, o nosotros somos quienes le adjudicamos esa magia, tal vez pudieran ser ambas, es por eso que la masonería le ha dado gran importancia a este asunto.

Parece que el hombre siempre se encuentra inmerso en asuntos paralelos y que al final de cuentas se ve precisado a tomar una decisión con lo que se completa el cuadro de sus dudas.

Hemos sido testigos de cómo se han etiquetado las políticas a través del tiempo y al final se encuentra controlado por sus instintos que justifica argumentando que es por una orden divina.

Ocurre entonces que un tercer factor es quien determina cual será la actitud que finalmente debe tomar el ser humano para resolver sus problemas económicos y sociales e inclusive sexuales.

Son tres los problemas fundamentales que debemos resolver desde que nacemos: Económicos, sociales y sexuales y que exigen solución cada momento.

El estar sostenidos sobre una base triangular que nos inculcaron sobre padre, hijo y espíritu santo, de ninguna manera debe extrañarnos.

Padre, madre y el hijo que es resultado de la unión de los primeros, sin esa unión el proceso de generación no se puede cumplir.

Esta filosofía se utiliza como herramienta para hacer entender al que ingresa a la orden que debe colocarse un traje a la medida, esto es, que represente la edad de un niño de tres años para que pueda comprender lo que en logia se le enseña.

Como si se tratara de volver a nacer y comenzar desde su primera edad, libre de vicios y pasiones que tanto daño provocan en los seres humanos.

La ignorancia que nos heredan desde el seno familiar en muchos casos, se acrecienta y multiplica por la fuerza externa de la sociedad en que nos desenvolvemos.

El tres se encuentra integrado en la definición que se hace de los tres estados del ser humano que principia en la niñez, avanza el la juventud y culmina en la vejez.

Es como si se le obligara a dar tres pasos fundamentales para demostrar que esta consciente del proceso de vida que va a representar en el escenario de su existencia.

Creo que alguna vez, usted estimado lector, recuerda algo como: Salud, fuerza, unión, uno para todos y todos para uno, que contiene una doble triada.

La literatura francesa se encargó de exaltar este concepto de una manera excelente por medio de los mosqueteros del rey que tantos mensajes positivos nos entregaron sobre la manera de entender el concepto de lealtad.

Son muchas las razones por las cuales la masonería hace suyo el concepto de la triada, no olvidemos la mitología del rey Arturo y la del rey Salomón, cada un en su tiempo.

Expone la masonería, que si somos capaces de comprender la magia de ese número, resulta mucho más sencillo ubicarse en una edad de tres años para descifrar los mensajes que nos tiene preparados para los 33 grados que la componen.

Existen muchos documentos que de esto hablan y las coincidencias o no de lo ocurrido con los mineros que estuvieron atrapados durante 33 días y el resto de las coincidencias que resultan bastante interesantes.

Quiero cerrar esto con una reflexión: para comprender mejor lo que la masonería nos quiere mostrar, es fundamental que comencemos por ponernos un traje a la medida, es decir, que por un momento aceptemos que somos niños con solo tres años de edad.