viernes, 4 de febrero de 2011

Masonería y el masón libre

Por: Julio Torres

Como masón libre, es digno de confianza en la perfección del hombre, Cuando los muros están arruinados, cuando el altar es abatido, cuando las cosas no salen bien, ahí está el masón libre.

La masonería no es una institución creada como las religiones para establecer un sistema determinado de creencias, sino que se extendía y dilataba conforme al progreso de las luces.

Como siempre estaba a la cabeza de la civilización, incorporaba cada siglo nuevas verdades a las anteriores conocidas.

Se explicó a su tiempo lo que el gran Salomón  había enseñado para educar a su pueblo y como no basta proclamar la libertad si no se implementan medios eficaces para sostenerla, pronto se redujo a un fantasma desconocido.

Las naciones cayeron en esclavitud desastrosa, muchos siglos se vivió en tinieblas, hasta que se reconocieron los derechos y deberes del hombre y el modo de hacerlos efectivos.

Por esa causa se fundó el titulo de masón libre, que cuando se entiende su comisión o su trabajo, el resultado es la felicidad para que toda persona goce de todas sus facultades.

Del mismo modo, la nación conserva su independencia, y el masón libre trabaja para acostumbrarse a vencer las dificultades de la vida, contando con recursos propios para crear la riqueza.

Un compromiso más para el masón libre es fundar la libertad y garantizarla, defenderla contra sus enemigos interiores y exteriores, así es como obtiene el titulo “masón libre”.

Lo que promete un hombre que goza de su razón y de sus cinco sentidos, es que ninguna fuerza, poder o violencia humana, evitará garantizar la libertad.

El compromiso es eterno, si se ostenta la categoría de masón libre, faltar a ese compromiso lo convierte de manera automática en un ser sin honor ni conciencia.

El masón libre habrá de impedir solo o en unión de sus hermanos por cuantos medios le sean posibles, evitar que alguna persona abuse de su autoridad para envilecer al pueblo.

El masón libre debe trabajar en el fomento de la riqueza y por el bien común, no permitir que se inquiete al hombre honrado, en su persona y sus bienes, ni se le despoje de sus haberes.

La felicidad de las naciones descansa en tres principios: Libertad, Igualdad y Fraternidad, esa trinidad nos invita a convertirnos en guías e inculcar los principios en todas las conciencias.

La libertad en todas sus manifestaciones lícitas, hace que se entienda le encomienda que debe cumplir todo masón por encima de sus intereses personales y solo así puede cumplir fielmente con su compromiso.

Entender la igualdad, solo se logra cuando somos capaces de conservar la prudencia aun en casos extremos.
El gran masón libre: Gandhi, dijo a Dios: “si me das fortuna, no me quites la razón, si me das el éxito, no me quites la humildad, si me das humildad, no me quites la dignidad”.

Él, como masón libre, pidió que le enseñaran a querer a la gente como a si mismo y declara, “no me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso”.

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