jueves, 29 de septiembre de 2011

Del medio día a la noche

Del medio día a la media noche es aproximadamente el tiempo que permanecemos en lo que se define como vigilia, o el tiempo dedicado al trabajo y la convivencia familiar.

El medio día es un término simbólico, pues hay quien inicia sus labores a la seis de la mañana y escalonadamente hasta terminar el día, conforme al movimiento de trabajo de cada actividad.

La masonería toma este símbolo como parte de su protocolo, y con ello definir el tiempo utilizado en el estudio, análisis e implementación de los asuntos que buscan el bien de la humanidad.

Es posible que un solo asunto requiera dos, tres, o más sesiones y al final se encuentra la que se considera mejor solución, después de variados debates hasta encontrar un punto convergente.

Doce horas es tal vez el tiempo adecuado que permite encontrar y valorar asuntos que se refieren al interés social, y cuando tratamos asuntos que afectan a la comunidad ningún minuto es tiempo perdido.

Quizás sea momento adecuado para voltear la vista a lo que hacen los parlamentos, no estaría por demás que esos parlamentos revisaran los principios de la masonería para entender que su trabajo se parece mucho al trabajo dentro de la masonería.

Se ha perdido mucho tiempo en discutir y emitir leyes reglamentarias que pretenden proteger a sus comunidades y por sistema se revierten porque no se discuten con la seriedad que cada una requiere.

Cierto es que los trabajos en la masonería exigen secreto, pero ese secreto es una manera de salvaguardar lo que muestran los debates, eso garantiza que está exento de influencias externas que puedan desvirtuar el resultado buscado o adecuado.

Hoy día, somos testigos parciales de los debates del aparato de gobierno en sus tres poderes por medio de la tecnología moderna de comunicación, tal vez lo que falta es que quienes de esos debates participan, lo haga con información puntual de sus representados.

Como también somos testigos parciales de lo que en logia se discute y al final poco o nada trasciende al mundo profano, lo que se traduce en acuerdos estériles, salvo que cada masón aplique esos acuerdos en su medio y básicamente en su familia.

En este punto creo debo detenerme para puntualizar que ese es el fin especifico del masón, aprovechar los acuerdos que emanen de las reuniones para hacerlos efectivos en el seno familiar.

Nunca debemos olvidar que la célula social es la familia, la regla dice que si un cuerpo posee células sanas, el cuerpo es sano, por lo tanto, familias sanas hacen pueblos sanos.

Las reuniones dentro de la masonería buscan hacer evidente la cultura de las buenas costumbres de cada integrante y cuando en ello se trabaja, ni dudar que el resultado se aprecie directamente en la familia.

Entonces es fácil comprender que el objetivo fundamenta es trabajar para conseguir mejores hombres, mejores padres, mejores hijos, mejores esposos y eso garantiza mejores familias, de ahí la necesidad de trabajar del medio día a la media noche.

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