lunes, 5 de septiembre de 2011

El primer objetivo masónico

Los reclamos a todos los niveles sociales por sistema van encaminados a quienes gobiernan , pero me temo que no es del todo aceptable, existe un problema de fondo que solemos eludir con suma facilidad.

Es muy importante tratar de comprender que los problemas sociales no comienzan en los gobernantes, esos problemas comienzan en el hogar, solo que resulta difícil aceptar.

En esta ocasión quiero referirme a la manera en que hemos sido educados en el seno familiar, donde se permite con mucha facilidad tendencias a la corrupción.

Quiero entonces comenzar por explicar lo que en el fondo persigue el saber de la masonería, que muchas veces se desvirtúa por motivos de ignorancia en la materia, que por su contenido real.

Si un jefe de familia, es invitado a cursar esos conocimientos de la orden masónica, no se asuste, no es nada de lo que le dicen quienes han escuchado por allí conceptos en verdad erróneos.

No se trata de ser “bueno”, tampoco se trata de “sabio”, se trata de caminar en el sendero de la verdad y la razón, que se convertirá en un sendero de saber, conocer, imaginar, y después aplicar en la vida personal para transmitirlo a la familia.

Lo que pasa es que alguien debe comenzar, que mejor que sea el jefe de la familia quien se interese en primera instancia, en descubrir todo aquello que en verdad nos hará libres.

La libertad no debe ser un decreto, la libertad no se obtiene en un supermercado, la libertad primero debemos comprenderla, después aplicarla y finalmente exigirla.

El titulo de hombre libre y de buenas costumbres no se instituyó de manera arbitraria, ha sido un logro que a través de los años han conseguido quienes lo han buscado.

Entonces, la exigencia inicial es que el jefe de familia entienda o comprenda y finalmente acepte, que no es el buen padre de familia que creía ser, tampoco el mejor hermano, ni el mejor esposo, hasta entonces podemos afirmar que ha subido el primer peldaño.

La masonería se comprende por peldaños que se habrán de conquistar uno a uno, pero cuando ha sido capaz de subir el primero, que se refiere a tener el valor de pararse frente a un espejo y aceptar sus deficiencias, ese es el gran principio, el primer objetivo.

No es fácil desde luego aceptar lo anterior, significa un gran trabajo en cada reunión, se justifica, ya que cómo podemos pedir a la familia que acepte determinadas reglas de conducta si no hemos sido capaces de predicar con el ejemplo.

Entonces, el camino se inicia en casa, pero es necesario acudir al lugar donde podemos obtener ese saber que nos indica como seguir ese camino.

Queda claro que el jefe de familia es quien primero debe comprender lo que ha hecho bien y lo que no, para después poner en practica lo aprendido.

Cuando ya el jefe de familia ha superado los obstáculos conocidos como “tabú” en la sociedad, ahora es tiempo de ponerlos en práctica dentro de la familia y así subir el primer peldaño a la superación social.

La familia es la célula social, si la familia está enferma, el país puede morir sin remedio.

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