Es creíble que nacemos libres, así lo
declaran muchas personas que han dedicado su vida a ese tipo de análisis,
algunos de ellos mostrando un pensamiento liberal como lo es la masonería en
general, que hace esta afirmación: Por naturaleza nacemos libres.
Desde luego que se refiere a que el
hombre nace libre, y aprende a caminar por el sendero de la vida buscando la
verdad en cada una de las cosas que la vida misma le presenta, que bien se le
puede definir como la búsqueda suprema de la verdad.
Infinidad de veces se detiene sin conocer
la causa, es nada menos que una especie de ceguera que le domina la vista, sin permitirle entender o
discernir lo que le impide ver, hasta que se da cuenta que lo que le impide esa
visión, se conoce como ignorancia.
Pero esa ignorancia no viene sola, le
ayuda el fanatismo, ese que por tiempo inmemorial ha tenido prisioneros a nuestros padres, que
no han sabido definir que es y que simplemente conocemos como fanatismo que
aprisionó su conciencia.
Involuntariamente, nuestros padres nos
han legado ese fanatismo que a ellos a su vez, sus padres les heredaron con
toda la buena voluntad, porque así quedó grabado en su mente y tal vez la
historia se remonte a muchas generaciones.
Pero hoy, que contamos con herramientas
más sofisticadas, somos capaces de revelarnos y analizar a que se refiere ese
fanatismo que aprisiona nuestra conciencia, tal vez se trate de la manera en
que se endurece el corazón y el fanatismo nos apasiona.
Sin embargo, dentro de nosotros algo nos
grita: Camina hacia un puerto seguro, marcha sin detenerte, a la vista se
encuentra ese puerto como una salvación, su nombre es la ciencia, así es, la
ciencia es el puerto maravilloso, con espacio suficiente, sirve de refugio ante
las tempestades de la duda y el error.
La virtud es una poderosa herramienta,
puede lograr romper las cadenas que nos aprisionan y que fueron colocadas por
nuestros padres de manera involuntaria, pues ellos padecieron la prisión de
esas cadenas y no alcanzaron a liberarse porque no les fue permitido el ingreso
a la ciencia.
Les obligaron a trabajar por medio del
fanatismo que les graduó como profesionistas de las pasiones, muchos de ellos
sucumbieron y compraron a precios muy accesibles uno o varios paquetes de
vicios, que pagaron a precios engrandecidos.
De manera que vicios y pasiones
contaminan fácilmente a todo ser humano, por medio de esa herramienta, que se
conoce como fanatismo, a través de los tiempos, se ha utilizado el fanatismo
con el único fin de controlar a las comunidades que lo permiten.
Pero no basta saber ser virtuoso de
manera individual, el reto es que debemos buscar el bien colectivo, solo ese es
durable, ya vimos que la ciencia nos permite liberarnos de las pasiones y los
vicios, pues entonces, solo necesitamos pensamientos de libertad que sustituyan
al fanatismo.
Sin fanatismo, el camino a la ciencia
abre todas las posibilidades hacia la tan ansiada libertad, solo pensando
libremente es que se ha logrado avanzar tecnológica y socialmente en esta vida.