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lunes, 23 de marzo de 2015

El poder ejecutivo

filosofía,arte,ciencia,cultura
El poder ejecutivo   
Por: Julio Torres
Buscando el tema a desarrollar y presentarlo a ustedes esta semana, encuentro el referente al poder ejecutivo que a la letra dice: “El poder ejecutivo es la autoridad encargada de hacer cumplir las leyes, pero de ninguna manera deberá encargarse de la administración de la justicia, unir ambas facultades, en una misma persona es entregarse inerme en las garras del despotismo”.
Recordemos que mientras los reyes no asumieron el derecho de ejercerlas, los pueblos tuvieron garantías; el poder ejecutivo tiene atribuciones muy concretas, debe mantener el orden, cuidar que cada uno cumpla con su deber, impedir que el “fuerte” oprima al débil, adoptar las precauciones compatibles con la libertad que permiten conservar la salud pública y la seguridad del estado.
Hacer que las leyes y disposiciones que los tribunales de justicia tengan su debido cumplimiento en todos los casos y circunstancias; dirigir las
fuerzas armadas marítima y terrestre; nombrar sus inspectores y primeros jefes y los miembros de la policía; además podrá imponer su veto a las leyes de manera temporal que dicte el congreso de la unión.
El jefe del poder ejecutivo debe poseer “el derecho de gracia” porque como la ley ha de ser inviolable y se ven casos en que  su aplicación fuera inútil o hasta dañina, ya que no es posible preverlo todo, conviene que alguien esté autorizado en detener su curso y nadie mejor que aquel que ha merecido la confianza del pueblo en tan alta dignidad.
El jefe del estado es quien tiene que poner en práctica las resoluciones del congreso, ya que se encuentra con más datos que le permiten valorar los inconvenientes materiales de su aplicación, muchas veces, los integrantes del congreso se pueden inclinar por el talento de un orador con mucha experiencia, o el interés del momento los deje fascinados, mientras que el jefe del ejecutivo con su consejo de ministros, en favor y en contra, con sangre fría analizan y llegan a un punto convergente que permita detener el curso de la ley que se cree extemporánea o
perjudicial y así la paz se asegura, forzando a los legisladores a estudiar mejor el asunto.
Muchas veces aún con ese derecho de veto corre el riesgo de que la mayoría del congreso acuerde que dicha ley debe aplicarse, se deberá cumplir porque las formas así lo determinan, ellas son la salvaguarda de la nación, de manera que el poder ejecutivo ha de ser el agente y no el director del pueblo. Los monarcas que la historia pinta como grandes legisladores que salvaron a su patria de la crueldad, no hicieron más que
obedecer la voluntad de los sabios.
Por lo tanto, considero que el pueblo debe mantenerse alerta con el trabajo legislativo ya que muchas veces una ley no estudiada de manera adecuada, puede conducirnos a una serie de fracasos que lamentablemente no se pueden corregir de inmediato, una ley bien estructura, debe contener un reglamento factible, de otra forma su aplicación se quedará siembre en el umbral del beneficio de los ciudadanos y por ende, en el descontento de su gobernante en la figura del jefe del ejecutivo.

martes, 10 de diciembre de 2013

Soberanía

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La soberanía se comprende como el poder de dictar leyes y hacerlas efectivas, bajo la promesa de legislar y administrar justicia con imparcialidad y equidad, pero eso es posible solo, si antes se busca ser un juez justo y perfecto, con las herramientas que la vida nos proporciona desde el principio.

Sugiero emplear consciencia en la actuación cotidiana, por medio de una personalidad coherente en seleccionar los mejores mecanismos en favor de los semejantes, aplicando excelente curiosidad, con el único fin de remediar los males de la familia primero, luego los del entorno con el ejemplo y quizás, alguien quiera imitar el procedimiento y poco a poco se repitan hasta lograr que cada uno cumpla con sus deberes y puedan gozar de los derechos que les corresponde.


La soberanía de ninguna manera se encuentra fuera del ser humano porque es un derecho y como todo derecho deriva de las facultades inherentes a la naturaleza humana, la soberanía es su propiedad, que es lo mismo que sucede con la verdad que no es patrimonio de alguien en particular, la verdad pertenece a la asociación humana.

Algunos autores afirman que cada ser humano tiene un derecho igual a concurrir al ejercicio de esa soberanía porque es parte de la asociación humana, por lo tanto, resulta indivisible, imprescriptible e inalienable, de tal suerte que la asociación humana resulta ser un gran taller de producción establecido con el objetivo del bien común, al cual cada uno contribuye según sus medios.


Podemos definir en tres tipos los derechos humanos: Naturales, civiles y políticos, los naturales pertenecen a todo ser humano, son imprescindibles, solo la fuerza le priva de ellos, nunca la justicia, los derechos civiles dependen de las leyes nacidas de sus necesidades propias, o de los usos y costumbres, y los derechos políticos solo pueden corresponder a lo que la asociación humana determine, pues de su uso bueno o malo, depende su existencia.

La justicia y la equidad nos aconsejan hacer que desde el primero hasta el último ser humano goce de los derechos naturales y en función de los derechos civiles se dice que quien no conoce las leyes de su país precisa ser representado en juicio por un apoderado y la distribución de los derechos políticos exige mayor discernimiento con la idea de evitar los intereses encontrados evitando así ofender a la justicia ni faltar a la equidad.

La soberanía entonces nos abarca a todos, gobernantes y gobernados, tarea del gobernante es defender al débil contra el fuerte, velar por la salud del gobernado, proteger el presente sin comprometer el futuro y no tratar de administrarlo todo, pues no hay mejor gobierno que el que no se ve gobernar y la tarea del gobernado, cumplir sus deberes y luego exigir sus derechos.

Jean Bodin afirma que la soberanía es el derecho que tiene el pueblo a elegir a sus gobernantes, sus leyes y a que le sea respetado su territorio. Según esto, habría que considerar que el derecho se tiene frente a alguien y porque alguien lo concede; en consecuencia, habría que convenir en que la soberanía, más que un derecho, es el "poder".


Porqué entonces en el mundo existen diferencias tan marcadas en el terreno social que pareciera un mal de todos los tiempos, según la clásica definición de Jean Bodin, recogida en su obra del año 1576 los seis libros de la república, soberanía y soberano es quien tiene el poder de decisión, esta definición muestra en síntesis la amplitud del concepto de soberanía, que como tal, ha perdurando a través de los tiempos, aunque no exento de variaciones a lo largo de la historia.


¿Será entonces tiempo de retomar conceptos como el de soberanía y revisar lo que hemos estado haciendo mal desde hace tantos años? Las diferencias sociales son diametralmente opuestas, pobres muy pobres y ricos muy ricos, habremos de recordar que un juez representa al soberano que todo lo vigila, con la obligación de dar a cada uno en todos los sitios y a todas horas lo que le pertenece, podemos comenzar con la imagen que vemos en el espejo y definir si somos soberanos, es decir, si existimos capaces de juzgarnos, si hemos dado a nuestra familia lo que le pertenece.

martes, 31 de enero de 2012

El Pueblo quiere:……

filosofía,arte,ciencia,cultura

A través de los tiempos mucha gente se ha dedicado al arte de gobernar, pero se ha dedicado muy poco a investigar que es lo que en realidad quiere el pueblo o que es lo que en realidad necesita, pareciera que ese mal se padece a nivel internacional.
A diario se publican proyectos y decretos que sus autores aseguran que los han estado “trabajando” en la búsqueda del bien colectivo, sin embargo, por lo menos a mí, nadie nunca me ha preguntado si estoy de acuerdo o por lo menos que pienso de tal o cual proyecto.
Por sistema vemos publicado en los medios masivos que “el pueblo quiere:…” pero no sabemos en realidad si es verídico que el pueblo quiera, más bien lo que parece es que “el político quiere” y entonces, dicho político se encuentra solo con su idea.
En principio, los buenos oficios de quienes se encargan de la política, no dudo que sea del todo altruista, el conflicto se presenta cuando su mundo les absorbe a tal grado, que se olvidan que son actores sociales, que deben representar su papel con la entrega suficiente que permita recibir aplausos del público que es el pueblo.
Dentro de los estudios masónicos se siembra en la mente de quienes acuden a los trabajos, la duda en lo que se cree sin examinarlo, se recomienda siempre admitir solo lo que esté aprobado, o sea, conforme a la naturaleza de las cosas que satisfagan la razón y adhiera las voluntades.
De no hacerlo así, se vive a merced de la ignorancia y la superstición de todos los errores que confunden, cuando apenas se comprende la existencia propia, pero tenemos la razón que nos permite conocer la verdad y distinguirla del error.
También tenemos el libre albedrío y elegimos con fundamento, de manera que proceder conforme a lo apuntado nos permite mostrar carácter, que impide volvernos una máquina a disposición de astutos y ambiciosos.
Muchas veces nos educan personas que conspiran o destruyen el sentimiento y dignidad que pondera nuestra pequeñez y nuestra debilidad, que nos arroja en brazos de quien se propone explotarnos mediante un abanico de sistemas.
Se dictan leyes que pretenden controlar lo que el principio de libertad ya tiene establecido, y quienes dictan esas leyes no toman en cuenta que poseemos eso que se conoce como libre albedrío.
No es dictando leyes de control lo que se requiere en la sociedad, es diseñando leyes que simplifiquen los procedimientos necesarios que producirán riqueza, eso es lo único que quienes manejan la política deben pensar, de ninguna manera controlar.
La riqueza es lo que soluciona las necesidades de un pueblo, no los controles, generar riqueza solo necesita el trabajo, no el control del trabajo, cada ser humano sabe como generar riqueza dentro de los límites del poder y el derecho, el gobernante solo debe vigilar que se cumpla ese derecho.
Cuando el derecho se transgrede, el poder judicial entra en acción y no antes, cierto que se requieren campañas preventivas, pero solo eso, preventivas, muchas veces el ciudadano se queda esperando por años que se apruebe una ley que parece favorable a todos, y no ocurre.
Por lo menos debe aprobarse y ponerla en práctica y si no funciona, hacerla perfectible o derogarla en su caso, no hay peor cosa que no hacer las cosas, no hay peor fracaso que el no intentar las cosas.
Es por eso que me atrevo a escribir esto, señores gobernantes, pongan en práctica lo que deliberen, pidan opinión, y si después de poner en práctica una ley, ésta no funciona, pues suprimir es operativo y ya, perjudica más no hacer nada que equivocarse, solo les pido, que piensen un poquito más en el pueblo y menos en sus intereses.