filosofía,arte,ciencia,cultura
Por: Enrique Roberto Hernández Oñate
Un
sábado 2 de abril del 2016 por la tarde me encontré un texto que se subió el 31
de marzo del mismo año en la página de internet oficial de diario masónico, en
ella, presentan un texto traducido y adaptado de “To the new Mason’s Lady –
Grand Lodge of New York“, que en español
se titula “A la esposa de un nuevo masón”.
Aquí
dejo el link de este artículo:
Este
escrito es para expresar mi opinión acerca de dos respuestas a dos preguntas
que hacen en el artículo.
Primero:
¿Qué son los grados?
Las lecciones en Masonería son
enseñadas en diferentes etapas en nuestras logias. Los grados, en orden son
Aprendiz (Primer Grado), Compañero (Segundo Grado), y Maestro (Tercer Grado).
Cada uno de ellos se fundamenta en la moral filosófica de la Masonería que
aspira a alcanzar impacto e influencia en el hombre que recibe el grado.
En
todas partes a donde he ido he tratado de llamar a la curiosidad de aquellos
con los que he tenido la oportunidad de platicar no necesariamente de asuntos
de la orden, es muy frecuente entablar conversaciones que vayan dirigidas al
porqué del comportamiento humano.
Mi
propósito es precisamente llamar a su curiosidad querido lector; la masonería
no son tres grados son 33 grados que tienen una cantidad de enseñanzas
impresionante, que con el paso del tiempo y
al avanzar va a desarrollar en el humano capacidades distintas a la vez
que muestra herramientas que nos permitirán alcanzar los objetivos que
deseemos.
Un
día mi maestro me hizo una comparación interesante: los tres primeros grados
son el kínder, los siguientes 11 la primaria, los tres siguientes la
secundaria, los doce siguientes el bachiller, y los restantes como una
licenciatura.
Poco
a poco lo fui comprobando y comparando hasta caer en lo cierto que son esas
palabras. Y es por eso que, haciendo hincapié en que no son solo tres grados,
es mi intención invitar a los recién iniciados, a los de segundo grado y sobre
todo a los de tercer grado a seguir adelante en esta carrera maravillosa.
A
veces noto miedo, displicencia y confort en nuestros maestros; miedo a ser
cuestionados, displicencia al decir o pensar “si ya tengo el tercero para que
le muevo” y confort porque muchos maestros se sienten dioses en sus tronos. Es
esta actitud la que no permite salir de los talleres las enseñanzas que, dicho
sea de paso, es nuestra obligación llevarlas al exterior. Nos hemos internado
en esos mismos talleres solo para lucir joyas y vestimentas dejado desplazada
la enseñanza incrustada en nuestros libros, solo salimos para rendir tributo
a seres humanos que ya no están en este plano cometiendo así las mismas
acciones que cualquier religión.
La
segunda pregunta es muy buena aunque la respuesta dejó mucho que desear.
Existen numerosas oportunidades de
activa participación de las esposas de los masones en actividades afines a la
Logia. Podrás participar en actividades sociales, cívicas, de apoyo a la
comunidad, entre otras. Existen también muchas actividades similares para toda
la familia.
Esperamos que te sientas orgullosa
de que tu esposo sea Masón y forme parte de la Fraternidad Universal más
antigua y más grande del mundo.
Sutilmente lleno de misoginia a mi parecer. El género femenino ha ido poco a poco en sus propias
logias integrándose como miembros activos de la orden. Es un lugar que les
pertenece aún a pesar de que las leyes, códigos, constituciones y linderos,
según algunos miembros de la orden, dictan en sus párrafos que solo hombres
pueden integrarse en la masonería.
Y
pudiera ser que sea cierta dicha afirmación, pero vamos, ya no estamos en
aquellos años y no es el único argumento que yo presento.
La
masonería no es una institución ajena al progreso y emancipación de la raza
humana, es su fin, se dedica a ello en cuerpo y alma. Por lo tanto, creo que es
momento de, en lugar de darle un lugar de ama de casa a la esposa de un masón,
integrarla de lleno a nuestra doctrina.
Simple.
Si la masonería como lo dicta el artículo es para hacer mejores hombres,
imagínense a un padre mejor y una madre mejor educando hijos limpios. Sería el
comienzo de una nueva generación de ciudadanos dispuestos a mejorar su entorno.
Tampoco
se va a ser bueno a la masonería, la masonería prepara líderes que estén
dispuestos a actuar y alzar la voz cuando algo está fuera de la razón. No es el
interés de nuestras enseñanzas crear o sembrar en los humanos la ambición de
poder, quiere hacernos mejores y en medida de que se vaya logrando este
objetivo nosotros alcanzaremos estándares de calidad de vida más altos en
cuanto a lo material. El poder y la riqueza es una consecuencia de ser mejores
como individuos.
Hay
que revisar el contenido de los libros que traen la forma de hacer nuestras
reuniones pues es ahí donde están las respuestas, las herramientas y las formas
de mejorar nuestro entorno. La orden esta arrumbada en sus talleres gracias a
que nos perdemos con autores que hablan con tecnicismos de alto grado para
explicar bobadas o tonterías y aun así parecer inteligentes o superiores
cayendo así en el error de los políticos corrientes y comunes todos.
Así
pues la masonería sigue ahí dormida, mientras muchos de los integrantes viven
un letargo, haciéndose cada vez más evidentes dentro de los trabajos los
traumas o dolores que traen de casa. Ahí en su hogar no son protagonistas,
pero, en el taller buscan serlo sometiendo a sus aprendices o compañeros a
órdenes irracionales y personales continuando así la serie de errores que se
vienen observando desde hace muchos años.
Hay que despertar…Que salga la instrucción a todos los rincones del mundo y con ayuda de esas enseñanzas forjaremos un individuo consciente de sus derechos y obligaciones.
Hay que despertar…Que salga la instrucción a todos los rincones del mundo y con ayuda de esas enseñanzas forjaremos un individuo consciente de sus derechos y obligaciones.